mardi 21 août 2012

El trabajo en el colegio de Loma Alta

Ya hace una semana que trabajo en el colegio.
Como estoy pendiente de mis hijos, pues hemos preferido que mi labor de profesora se desarrolle más bien en primaria, con los pequeños que tienen entre 4 y  11 años (aunque en la realidad muchos repiten y son más mayores) . No tengo mucha experiencia como profesora de primaria pero como mis 3 hijos van a primaria y estoy cansada de hacer con ellos las tareas por las tardes, pues no me es un problema ayudar a las profesoras de esta etapa.
El colegio empieza a las 07H45 y se acaba a las 12H00 aunque nosotros llegamos al colegio un poco más tarde.
Mis hijos integran sus respectivas clases y yo voy trabajando de clase en clase según el horario que he establecido con los profesores. Me dedico principalmente a dar clase de lengua, es decir, a hacer dictados, perfeccionar la escritura, lectura y algunas nociones gramaticales aunque no me extiendo porque veo grandes dificultades principalmente en lectura, comprensión lectora y escritura por lo cual trabajamos sobre todo estos puntos.
El colegio es muy bonito y está muy cuidado. Las aulas son grandes y tienen pupitres limpios al igual que encerados muy nuevos. Los niños llevan uniformes o mandilón y están preciosos, relucientes , bien peinados y con material suficiente para trabajar. Es evidente que no hay punto de comparación con todo lo que vimos en Africa donde los niños se sentaban debajo del árbol, llevaban harapos, iban descalzos y no tenían ningún tipo de material.
Es evidente que hay muchas cosas que mejorar en muchos aspectos pero tampoco se puede pedir milagros a una enseñanza en la que el profesor gana una media de 300 euros, los niños no tienen libros por falta de medios , es difícil encontrar la programación de las clases, etc.  A pesar de todas las dificultades los profesores hacen lo que pueden.
Gracias al dinero de los apadrinamientos hoy en día los niños del pueblo pueden estudiar tanto en primaria como en secundaria e incluso universitarios lo que me parece muy bien. Ningún niño del pueblo que tenga ganas  se queda sin estudiar por falta de dinero. La hermana Graciela se ocupa de que todos tengan la posibilidad si quieren hacerlo. Muchas familias son pobres y no tendrían la posibilidad de comprar materiales, ropa, etc. lo que se les facilita gracias a la generosidad de muchas personas.




Hay veces que mi hijo Pablo me ayuda para que todos los niños puedan leer. Él también me ayuda a corregir las faltas de ortografía en algunas clases porque es casi imposible corregir a todos.